sábado, 29 de septiembre de 2012

Me desperté mirando hacia el techo. He puesto los brazos detrás de la nunca y he sonreído. Me giré hacia un lado y te vi. No pude evitar seguir sonriendo. Me encanta verte durmiendo, ¿te lo había dicho ya? Me acomodo para seguir viéndote dormir. Jamás pensé que si me decidía, acabaría junto a ti la misma cama. Eres increible. Y lo mejor es lo tanto que te quiero. Despiertas, abres tus pequeños ojos negros poco a poco y me miras. Se me congela el corazón, me sonríes, y yo siento que me muero por ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario