Me desperté mirando hacia el techo. He puesto los brazos detrás de la
nunca y he sonreído. Me giré hacia un lado y te vi. No pude evitar
seguir sonriendo. Me encanta verte durmiendo, ¿te lo había
dicho ya? Me acomodo para seguir viéndote dormir. Jamás pensé que si me
decidía, acabaría junto a ti la misma cama. Eres increible. Y lo mejor es
lo tanto que te quiero. Despiertas, abres tus pequeños ojos negros poco
a poco y me miras. Se me congela el corazón, me sonríes, y yo siento
que me muero por ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario